Bogotá– Un juge vient de restituer 71 000 hectares de terre à une communauté afrocolombienne dans le sud-ouest du pays selon des informations publiées ce mercredi.
Reflexiones sobre la novela que allanó el camino para la universalización de la literatura colombiana. Cien años de soledad —desde la primera lectura— me enseñó a reconocer las huellas de la identidad, mostrándome que debíamos dar el paso hacia el ser auténtico, sin importar que tuviéramos que ‹pelar el cobre›, entendida esta frase en el sentido de develar nuestras carencias y caídas. Como todos sabemos, la identidad es una construcción sociocultural que resulta de los intereses y esencias que nos determinan, tanto positiva como negativamente. En la identidad están nuestras fortalezas y potencias, pero también nuestras grietas y vacíos.
El homenaje a Andrés Caicedo a 65 años de su nacimiento nos muestra que su obra no fue solitaria en el contexto colombiano. Descarnados, mordaces y críticos son estos autores que con su obra literaria, rompieron con las convenciones de la sociedad de su tiempo.
Los voceros de la universidad resumieron los puntos del proceso disciplinario contra la profesora. Sanín criticó el abuso de poder del rector Pablo Navas.
El presente listado más que una selección definitiva o crítica, tiene el valor de mencionar algunas características de cada tradición literaria de América latina. El primer criterio tomado fue que fueran autores contemporáneos. Al momento de confeccionar el listado, llama la atención que editoriales independientes, como Entropía, Mansalva o Blatt & Ríos, compitan de tú a tú con trasnacionales, como Penguin Random House Mondadori (PRHM), que por su mismo carácter tienen una visión latinoamericana más abarcadora. Este balance en el futuro se desequilibrará en favor de las trasnacionales gracias a la colección Mapa de las Lenguas que PRHM lanzó a mediados de año y que consiste en publicar dos autores latinoamericanos por país al mes.
Mientras el país termina de asimilar los resultados del plebiscito de este domingo, las cifras empiezan a permitir algunas conclusiones sobre cómo votaron los colombianos en las diferentes regiones de Colombia.
No vivió para contarlo. Y si alguien merecía estar ahí, para vivirlo, para celebrarlo y para contarlo –como solo él lo sabía hacer,– era Gabriel García Márquez. Porque nadie como él trabajó de manera tan continua y discreta por la paz de Colombia. Es un capítulo poco conocido de la vida de Gabo.
Por Sandra Guerrero Barriga http://www.elheraldo.co/
Mercredi, 14 Septembre, 2016 - 21:18
Iglesia Pentecostal, Testigos de Jehová y evangélicos contribuyen con el exterminio espiritual, cultural y físico, dicen autoridades indígenas. Los wiwas asentados en el departamento de La Guajira han tomado la determinación de expulsar de sus territorios a los evangelizadores de varias religiones porque afirman que están contribuyendo con el “exterminio físico, cultural y espiritual de la etnia”.
A Jhonny Hendrix, director de cine afrocolombiano (del Chocó para más detalle) siempre le dijeron que las cosas de negros no venden. "Cuando iba a hacer Chocó, lo primero que me dijeron los inversionistas, e incluso gente muy cercana a mí, fue que una película de negros no le iba a interesar a nadie. O sea, según eso, yo no le importaba a nadie. Luego hice Chocó y me dijeron 'Usted es muy buen director, pero ya, no se pegue tanto del cuento de los negros'". Lo cuenta en una interesante entrevista en el que habla de su nueva película, Saudó.
par Dilberto Trujillo http://www.investigaction.net/
Lundi, 11 Juillet, 2016 - 21:56
Au cours des dernières décennies, l’accaparement des terres par les États, les entreprises privées et les particuliers a augmenté de manière exponentielle. Cette situation met en danger la souveraineté alimentaire des peuples ainsi que celle de millions de citoyens dans le monde.
Por Christopher Tibblehttp://www.revistaarcadia.com/
Lundi, 18 Avril, 2016 - 20:57
Una pasión frustrada. Así se podría resumir la relación entre el nobel y el séptimo arte. El cataquero manifestó en varias ocasiones que de joven su sueño era ser cineasta. Su incursión en la literatura, de hecho, provino de un reto: cuando en 1947 le envió La tercera resignación, su primer cuento, a Eduardo Zalamea Borda, lo hizo para probarle que su generación sí podía escribir.
Después del Bogotazo, el nobel de literatura trabajó como crítico de cine en Cartagena y Barranquilla y en 1954 realizó en Puerto Colombia su primer corto: La langosta azul. Un año después se matricularía para estudiar cine en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma, pero no acabaría la carrera, en parte porque jamás logró dominar el aspecto técnico de las películas.
Betsy Forero, profesora de Japonés en el Departamento de Lenguas y Cultura de la Universidad de los Andes, entrevista a Jaime Barrera Parra, quien fuera su profesor y maestro de esa lengua. Un hombre que en 1952 se fijó en la cultura japonesa y desde 1989 transmite sus conocimientos y pasión por ese idioma y esa cultura en Colombia.
Limón. Decenas de limonenses acordaron salir al rescate de su lenguaje criollo, respaldando un proyecto de ley que permita impartir cursos de este idioma en las escuelas y ofrecer el servicio de traducción en los juicios, por ejemplo. Reunidos en la Casa de la Cultura, acuerparon la iniciativa mujeres y hombres de las más distintas edades y ocupaciones, luego de conocer una investigación sobre esta lengua elaborada por la Universidad Nacional (UNA), durante un lapso de cuatro años.
El dato es contundente: América Latina es la región del mundo con más descendientes de esclavos africanos. Por eso no sorprende que la actual polémica internacional por las solicitudes a países europeos de reparaciones económicas por la esclavitud tenga ramificaciones en nuestra región. La semana pasada, una visita a Jamaica del primer ministro británico, David Cameron, se vio opacada por las declaraciones de mandatarios de varias naciones de la Comunidad del Caribe (Caricom). Estos insistieron en que esos países, muchos de ellos islas angloparlantes, esperan compensación de las expotencias esclavistas europeas por los perjuicios que causaron a sus víctimas y a sus descendientes siglos después.
El día 25 de octubre se llevarán a cabo las elecciones en todo el territorio nacional para elegir gobernadores, alcaldes o alcaldesa, diputados, concejales y ediles o miembros de juntas administradoras locales. Esta jornada electoral, al igual que las pasadas, coloca en el ojo del huracán la endeble democracia colombiana, que según los defensores del statu quo es la más fuerte del hemisferio, por ser la que más tiempo tiene sin dictaduras; igualmente, por que se tiene derecho al principal de los ejercicios democráticos: el derecho a votar.
El efecto de intimidación fue parecido: los policías que arbitrariamente requisaron a Carlos Angulo Góngora, un ebanista de raza negra que les cantó la tabla en el centro de Bogotá la semana pasada, actuaron con prudencia ante la inminente viralización del video que grabó una ciudadana detrás de ellos. Los ve uno muy mansitos, haciendo gala de esa misma actitud que toman cuando los niños bien de Bogotá les escupen en la cara la frase de "usted no sabe quién soy yo". Carlos Angulo, sin embargo, hizo mucho más que eso: pronunció un discurso que explica en detalle lo que sufre una persona a la que le dan un trato distinto en la calle.
En pleno Año Mundial de los Afrodescendientes, El Espectador comprobó la discriminación racial en la capital.
Penas severas y campañas educativas son algunas de las propuestas del Distrito para mitigar el histórico flagelo. "Se arrienda, pero no a negros”. Así se lee en uno de los letreros de alquiler de vivienda en el barrio Santa Rita, en la localidad de Suba. En pleno 2011, luego de cinco siglos de la época de la Colonia, tras dos siglos de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pasados 160 años de la abolición de la esclavitud en Colombia, más de 60 años después del surgimiento de la Organización de Naciones Unidas y 20 del fin del Apartheid en Sudáfrica.